Punto de casta (insuficiente)

El equipo de Neville hizo un partido muy discreto pero logró sobreponerse a un gol en contra y un penalti y una expulsión injusta.


No se le puede reprochar al Valencia que no hiciera un fútbol brillante en Ipurúa porque eso no está al alcance de ningún equipo. Pero sí se les puede echar en cara a los blanquinegros que no hicieran un partido práctico y que se vieran superados en todas las facetas del juego por el equipo vasco. El Valencia no chutó ni una vez a puerta entre los tres palos, ni siquiera en el gol. Un paupérrimo bagaje para un equipo que aspira a estar en los puestos de arriba de la Liga. En el lado positivo hay que reconocerle al equipo de Neville un punto de orgullo que le permitió jugar mejor con diez jugadores sobre el terreno de juego que con once. La actuación del árbitro González González, en cualquier caso, perjudicó gravemente los intereses valencianistas.

Gary Neville introdujo bastantes cambios respecto al once titular que salió en Mestalla contra el Lyon. Enzo Pérez lesionado y Parejo sancionado fueron sustituidos por André Gomes y Javi Fuego. En el lateral izquierdo Orban dio descanso a Gayà y Barragán entró por Santi Mina de manera que Cancelo adelantó su posición.

El partido, como era previsible, empezó con un ritmo muy intenso, marca de la casa del equipo local. El Valencia no se dejó sorprender y aguantó el envite empleándose a fondo. Había poco juego, muchas imprecisiones y muchas interrupciones. En el minuto 12 llegó la primera ocasión clara de partido con un remate de Borja Gastón que no entró por poco después de que tocara en la mano de Mustafi. En la siguiente acción el salvador fue Jaume que sacó un balón imposible a Enrich que después golpeó en el poste. El Éibar mostraba sus credenciales y el Valencia seguía vivo de milagro

El equipo de Neville trataba de combinar en el centro del campo pero la falta de espacios imposibilitaba la circulación del balón. El Éibar presionaba arriba y tenía la defensa adelantada. Un mecanismo sencillo pero efectivo que cortocircuitaba todo el juego del Valencia.

Pasado el minuto 25 el equipo blanquinegro pareció tener las ideas más claras. André Gomes, De Paul y Cancelo intervenían más en el juego y eso significaba más presencia ofensiva. Aún así, el juego era bastante espeso y el Valencia era incapaz de generar ocasiones de peligro más allá de un disparo desde fuera del área de André Gomes en el minuto 36.

El equipo de Neville estaba ofreciendo muy pocos argumentos para llevarse algo positivo de Ipurúa y el fútbol penalizó al equipo blanquinegro justó antes de llegar al descanso. Entró por la derecha Capa marchándose con facilidad de Orban, ganó la línea de fondo y puso un centro raso que Enrich remató dentro de la portería. El desastre se había consumado.

El segundo periodo empezó con la novedad sobre el campo de Piatti que salió en lugar de De Paul. Sin embargo, el partido seguíaa con las mismas constantes, es decir, el Éibar llevaba la iniciativa y entranba sin problemas por la banda defendida por Orban.

El Valencia, poco a poco fue adelantando las líneas y André Gomes se convertía en el referente ofensivo dándole criterio el juego cada vez que tocaba el balón. Pero al equipo blanquinegro le costaba mucho llegar a las inmediaciones de la portería defendida por Asier Riesgo.

En el minuto 67 el partido se rompió con una decisión incomprensible del árbitro: Orban y Dani García chocaron en un salto y el colegiado decidió expulsar al jugador valencianista y señalar penalti. Una acción incomprensible que no tuvo consecuencias en el marcador gracias a una gran parada de Jaume en el lanzamiento de la pena máxima.

El Valencia debía apelar a la épica para sacar algo positivo de Ipurúa. Gary Neville hizo la segunda sustitución dando entrada a Gayà por Danilo. La injusticia cometida por el árbitro encorajinó a los futbolistas blanquinegros. Ahora que el equipo tenía la actitud adecuada, sólo faltaba acercarse a la portería rival.

El Éibar realizaba una presión asfixiante por todo el campo. Parecía que el equipo vasco jugaba con tres jugadores más sobre el terreno de juego en vez de uno. En el minuto 75 Neville hizo el último cambio dando entrada a Negredo por Barragán. Se llegaba al último tramo de partido y el Valencia era incapaz de crear ocasiones de gol. Pero en el minuto 84, tras un saque de falta el balón acabó en la frontal del área en las botas de Negredo que lo protegió y consiguió filtrar un buen pase a André Gomes. El portugués, cayéndose y a trompicones, tocó el balón sin disparar pero con dirección a portería. A Asier Riesgo le pilló a contrapié y el esférico, lentamente, llorando, se introdujo en la portería. Alcácer lo recogió rápidamente porque el empate no servía.

En el tiempo añadido el delantero de Torrent encaró a Ramis y se fue por velocidad. El central del equipo armero derribó claramente a Alcácer y el árbitro le expulsó. El lanzamiento de falta de Alcácer se fue por poco. Lastima que no quedara tiempo por delante y el árbitro señaló el final del encuentro. Dadas las circunstancias del partido el empate puede considerarse hasta positivo.

 

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