Vergüenza continental

El Valencia perdió merecidamente en Bélgica tras una primera parte en la que no dio señales de vida y un segundo periodo en el que ofreció apenas una leve mejoría insuficiente para remontar.


El viejo continente ya no es un bálsamo para la crisis de juego y de resultados del Valencia. Europa ya conoce la peor cara del equipo blanquinegro. Un conjunto sin alma y sin ambición que sólo fue capaz de tomarle el pulso al partido cuando encajó un gol al inicio de la segunda parte. Antes la nada y después pocos argumentos futbolísticos para remontar. El Valencia tenía la clasificación asegurada si hubiera ganado en Gante y ahora, pese a que sigue en la segunda posición, se hace difícil confiar en las posibilidades del equipo después de la imagen ofrecida.

Ambientazo en el Ghelamco Arena que vio compensado su entusiasmo con la primera victoria de su equipo en Chammpions League. Nuno salió con Jaume en la portería, Cancelo, Aderllan, Mustafi, Gayà, Javi Fuego, Enzo Pérez, Santi Mina, Feghouli y Alcácer. Los descartes de la convocatoria fueron Negredo y Orban. Había once jugadores sobre el terreno de juego con la elástica valencianista pero no era fácil reconocerlos porque deambulaban por el campo sin identidad.

Las muestras de nerviosismo o de la falta de intensidad, o de ambas cosas se vieron desde el principio en un par de acciones defensivas en las que faltó contundencia. El equipo belga encerraba al Valencia en su campo y los visitantes eran incapaces de dar dos pases seguidos cuando recuperaba el balón.

Hubo que esperar al minuto 8 para ver el primer acercamiento del Valencia con una jugada por banda derecha entre Feghouli y Barragán. El lateral gallego acabó enviando un centro raso muy peligroso que el defensa consiguió desviar antes de que llegara a Alcácer. Pareció que la ocasión servía para que el Valencia entrara en el partido pero fue un espejismo. La tendencia del duelo seguía decantada claramente para los locales.  

En el minuto 16 el Gante envió un balón a la escuadra que no entró de milagro y diez después perdonó en una acción a bocajarro cuando lo más fácil parecía enviarlo al fondo de las redes. En el partido de ida los periodistas belgas calificaron a Kums como el ‘Pirlo belga’. El mote pareció justificado contra el Valencia e incluso se quedó corto. Kums ejerció de inventor del fútbol. La mejor noticia para el equipo blanquinegro fue llegar al descanso con empate en el marcador.

El partido exigía cambios por parte del Valencia y Nuno dio entrada a Piatti por Santi Mina. Sin embargo, los cambios trascendentales se produjeron en el marcador. El Gante, después de muchos intentos, consiguió el único gol del partido tras un penalti de Barragán  por mano involuntaria pero muy clara.  

Al Valencia ya no le quedaba otra opción que reaccionar. Tenía que conseguir disparar a puerta al menos una vez. Quizá lo más triste de todo fuera comprobar que al Valencia el gol en contra le sentó bien. A partir de ese momento hubo algo más de ambición en el juego, un punto de orgullo que no se había visto hasta ese momento. El Valencia empezó a hacer cosas propias de un equipo de fútbol, es deicr, presionar, recuperar el balón, dar dos pases seguidos…

Enzo Pérez empujaba y Parejo entraba más en contacto con el balón y empezaba a manejar el juego. Mejores argumentos que en la primera parte pero insuficientes para crear peligro. En el minuto 62 Nuno le dio un perfil más ofensivo a su centro del campo dando entrada a André por Javi Fuego.

La reacción del Valencia tras el gol tampoco se sostuvo demasiado en el tiempo.  El Gante, al poco rato, volvió a estar cómodo en el terreno de juego. Nuno agotó los cambios en el minuto 69 dando entrada a Cancelo por Feghoulil. El Valencia seguía sin tener clara la manera de hacerle daño al equipo belga. En el minuto 80 Alcácer hizo el primer disparo del equipo blanquinegro en todo el partido tras recuperar un balón dentro del área y chutar sin apenas ángulo.

Los últimos diez minutos fueron desesperantes (más aún). Cabía confiar en un último esfuerzo, una última oleada ofensiva en busca del gol. Sin embargo el equipo belga dejó transcurrir el tiempo manteniendo la posesión.  El Ghelamco Arena era una fiesta. Viendo el nivel del rival cualquier seguidor del Gante abrazó con motivos la idea de clasificarse para octavos de final.

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