El partido necesario

El Valencia hace un partido muy serio en Éibar para cerrar el año con una victoria. Un gol de Paco Alcácer fue suficiente para conseguir los 3 puntos que dejan al equipo en Champions antes de las vacaciones.


El Valencia hizo el partido necesario para llevarse la victoria de un campo como Ipurúa: tuvo intensidad, concentración y el acierto necesario para meter un gol. En el último tramo de partido, además, se permitió el lujo de jugar a fútbol algo que en el campo del Éibar van a hacer pocos equipos.   

Se podría hablar de revolución en la disposición táctica presentada por Nuno pero en realidad es la que empleó en la segunda parte del último partido contra el Rayo Vallecano. Un 3-5-2 que significaba una apuesta ofensiva por el perfil de los dos carrileros ya que Feghouli y Piatti, en realidad, son extremos. Dijo Nuno en la previa que conocía perfectamente Ipurúa de su etapa como jugador y remarcó los 3 metros menos de ancho del terreno de juego. Tal vez por eso, le pareció suficiente tres defensas para cubrir todos los espacios y lo cierto es que el Valencia no dio sensación de estar desguarnecido en la zaga en ningún momento del partido.

El duelo empezó con el Éibar imponiendo su idea, o lo que es lo mismo: juego poco fluido y muchas interrupciones. El Valencia sólo aparecía con algún destello de De Paul. Pese a la ambiciosa disposición táctica al equipo blanquinegro, como suele ser habitual, no le importaba esperar atrás y salir rápido al ataque en cuanto tuviera ocasión. Al cuarto de hora el Valencia inquietó la portería defendida por Irureta tras un saque de esquina que remató Otamendi y detuvo Alcácer sin querer. Respondió el Éibar con un disparo desde fuera del área de Piovaccari que detuvo Diego Alves con una estética palomita. El partido ganaba en vistosidad con las primeras ocasiones de gol pero para el espectador neutro carecía de atractivo. El Valencia poco a poco iba ganando terreno aunque faltaba precisión en los pases. Se perdían demasiados balones como para crear fútbol y marcar una línea de juego continuada. Un hecho significativo fue que los saques de banda ofensivos por la derecha los sacaba Parejo y no Mustafi, es decir, locuras las justas. Al Valencia se le puso el partido de cara a la media hora de juego. Un pase de De Paul a la espalda de la defensa para Piattii sorprendió al Éibar pese al escorzo de Boateng por intentar detener el balón. El 11 del Valencia encaró a Irureta pero Piatti se adelantó demasiado el balón facilitando el despeje al guardameta. El rechace fue a parar a Paco Alcácer que acompañaba la jugada y el de Torrent, en el primer balón que tocaba voluntariamente, hizo, como dicen los italianos, el 'gol partita'. El Éibar tuvo una buena oportunidad poco después tras una buena jugada por la izquierda que acabó en las botas de Arrabuarrena dentro del área sin oposición. Finalmente, el disparo del jugador armero no tuvo mayores consecuencias. El partido, tras el gol,  continuó  con la misma línea: avanzar un  metro costaba una odisea y apenas se llegaba a las áreas

La segunda parte empezó con el Éibar más decidido a por el gol aunque el Valencia tampoco pasaba apuros. El equipo vasco acumulaba más posesión y tenía el dominio territorial pero el Valencia no hacía concesiones con el trío de centrales ofreciendo un rendimiento excelente. Nuno  realizó el primer cambio en el minuto 58 dando entrada a Barragán por Feghouli. El sistema no cambió pero ahora el carrilero tenía un perfil más defensivo. En el minuto 63 la pareja Alcácer-Negredo inventó una pared al primer toque espectacular que terminó con disparo del delantero de Torrent que se fue por poco. Negredo y Alcácer pueden formar una sociedad tremenda, parece que tienen química dentro del campo y son complementarios. Después, en el campo contrario, Otamendi, por primera vez no midió bien en la anticipación y generó la ocasión más clara del Éibar que tampoco fue excesivamente peligrosa. Aunque es cierto que Diego Alves hizo una buena intervención deteniendo el centro desde la derecha. El Valencia cada vez estaba más cómodo, con el resultado a favor y cada vez teniendo más el balón. Nuno insistió en darle un cariz más defensivo a las bandas con la entrada de Gayà por Piatti. Paradójicamente, los cambios asentaron más al Valencia sobre el campo con los carrileros partiendo de atrás hacia adelante. Ahora, por primera vez, los blanquinegros eran los dueños del encuentro. El Valencia controlaba el partido y consiguió crear una buena ocasión de gol tras una jugada de De Paul que se paseó por el borde del área hasta que vio la incorporación de Barragán cuyo centro fue desviado por el defensor a córner. El Valencia acababa el encuentro jugando en el terreno de juego del Éibar. Alcácer lanzó una falta con mucho peligro, tanto por el disparo como por el posible rechace al que no llegó Negredo. El partido se pudo complicar en una de las últimas acciones del partido en la que Diego Alves pudo provocar un penalti al dar un codazo a un rival sin balón de por medio. Nuno hizo un cambio en el tiempo añadido y salió al campo Rodrigo por De Paul. El Valencia sobrevivió a los últimos balones bombeados del Éibar y se llevó los tres puntos de un campo en el que cuesta mucho ganar. El equipo de Nuno hizo el partido necesario para conseguirlo y también necesitaba el Valencia ganar fuera de casa ante un rival de estas características.

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