Demasiado sufrimiento con recompensa final

El partido disputado en Sankt Gallen admite bastantes lecturas positivas: La principal, obviamente, el resultado. La victoria permite mantener la tendencia asecendente del equipo y dar un golpe en la mesa en la clasificación del grupo. También cabe destacar la capacidad para remontar y el buen nivel de algunos futbolistas que, a priori, iban a tener un papel secundario en la plantilla. Pero el encuentro también deja una certeza: el Valencia es un equipo imprevisible en el peor de los sentidos. Funciona por impulsos y ha sufrido en exceso frente a un rival con escasos recursos futbolísticos


Como era de esperar, los "guerreros" que puso Djukic sobre el campo formaron un equipo totalmente diferente al que jugó en Getafe. Repitieron el portero y tres defensas porque no había otro remedio debido a las lesiones. Djukic aprovechó para dar minutos a futbolistas como Canales, Oriol, Jonas, Víctor Ruiz, Fede y Postiga. Todos ellos potenciales titulares en este equipo. Pero sin duda, la principal novedad fue la entrada de Míchel, inédito en el once titular desde principio de temporada.

La animosa grada del St Gallen recibió a su equipo consciente de que sólo les valía la victoria para seguir con opciones de continuar en la Europa League. El Valencia rebajó la expectativa de los suizos desde los primeros compases del partido haciéndose con el dominio del balón. Y no sólo eso, el equipo de Djukic, a los 12 minutos, ya había generado tres ocasiones de gol. Primero Postiga con un buen movimiento dentro del área controlando el balón con el pecho y haciéndose el hueco para sacar el disparo detenido por Lopar. Luego Fede desde el borde del área chutó con la derecha un balón que se fue por poco. Por último, otra vez Postiga desde lejos golpeó el esférico  y sacó un disparo bestial que, de haber cogido portería, hubiera sido uno de los goles del año. El Valencia estaba generando ocasiones suficientes para ir por delante en el marcador y estaba cómodo sobre el terreno de juego. Campaba a sus anchas Oriol que conectaba con Míchel y Canales para mover al equipo. El St Gallen, aún así, no era el conjunto intimidado de Mestalla. En el minuto 24 Fede se retiró del campo por un pinchazo en la parte posterior del muslo. Una lesión muscular más que debe encender las alarmas. Llegados a este punto del partido empezó la exhibición de Canales en los lanzamientos de falta. La primera, desde la derecha, se fue al poste. La segunda, desde una posición más centrada, también. En este caso el balón repelido por la madera quedó vivo dentro del área. Ahí apareció atento Piatti que había sustituido a Fede para hacer el primer gol a puerta vacía. Había pasado media hora de juego y el Valencia estaba cumpliendo con el guión establecido por Djukic. Pero poco después el conjunto suizo empataría el encuentro. Visto lo visto, el St Gallen sólo podía marcar de una manera: a balón parado.  Y en el minuto 36 apareció la pizarra de Saibene. Córner sacado en corto que vuelve al lanzador que centra al segundo palo. Allí aparece Montandon que devuelve el esférico al corazón del área.  Besle se impone a todos y marca de cabeza. Sin duda una gran ejecución y una defensa poco contundente del Valencia. El equipo de Djukic pareció subir la intensidad ofensiva y encerró a los suizos entre el alborozo del estadio. Se llegó al descanso con empate a uno

Al minuto de la reanudación se produjo una buena llegada de Piatti por la banda izquierda. También lo intentaba el Valencia con las incorporaciones de Barragán. En el minuto 55 pareció que el partido se rompía a favor del equipo ché. Una gran combinación entre Míchel y Jonas acabó con un pase del de Burjassot al brasileño dentro del área. Jonas ganó la posición al defensor que le agarró con poco disimulo. Expulsión y penalti. El propio delantero brasileño lanzó la pena máxima pero Lopar le adivinó la intención y paró el balón. El empate seguía en el marcador pero el dominio del Valencia se acentuó. Djukic cambió a Míchel por Parejo para buscar más frescura en la transición del balón. El equipo, hoy de naranja, entraba por las bandas y colgaba balones que no encontraban rematador. El tiempo pasaba hasta que en el minuto 65 se produjo el cataclismo luego subsanado. Entre Canales y Parejo perdieron un balón en el medio del campo. Karanovic se marchó vertical hacia la portería y se plantó frente a Guaita. El jugador serbio nacionalizado suizo disparó anotando gol. Se había fabricado la jugada él sólo ante la pasividad defensiva. Entró al campo Alcácer por Jonas. El Valencia perdía jugando con uno más frente al débil St Gallen. El equipo de Djukic, lógicamente, encerraba a los suizos que contaban con la moral por las nubes para salir a la contra. En el minuto 75, el Valencia encontró un alivió a su ansiedad en el momento en el que tranquilizó un poco su juego. Parejo, Piatti y Canales combinaron hasta llegar dentro del área. Allí Canales sirvió un centro que no pudo ser controlado por Postiga. El esférico quedó muerto y Piatti, que andaba por allí, remató a gol. Quedaban 15 minutos para llevarse los 3 puntos.  La fiesta en St. Gallen había acabado y ahora los suizos contenían la respiración. Finalmente Canales iba a poner la cordura en el marcador. Desde fuera del área con la izquierda ajustó el balón al palo contrario con un efecto de dentro hacia fuera. Un auténtico golazo que evitaba muchas dudas futuras y permiten al Valencia asegurar prácticamente el pase a la siguiente ronda y liderar el grupo.     

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