La ilusión sigue intacta

Prueba de carácter superada para el equipo de Nuno que consiguió empatar con un hombre menos sobre el campo. El Valencia se fue al descanso por detrás en el marcador habiendo jugado mejor que el Sevilla.


El partido en el Sánchez Pizjuán fue la primera vez para muchas cosas. Primer encuentro de Liga, primer empate, primer partido oficial de Nuno como entrenador y de Otamendi, André Gomes, Rodrigo y Orbán y De Paul sobre el campo, aunque éste último duró poco tiempo en el terreno de juego y primera vez, entre otras cosas, que Parejo lucía el 10 y Alcácer el 9.

Nuno salió con el equipo previsto y el 4-3-3 que le ha convencido durante la pretemporada. El partido empezó con la afición sevillista recordando su viaje a Turín y con el Valencia bien posicionado en el campo. El equipo de Nuno asumía la posesión del balón y André Gomes empezaba a dejar su sello en la Liga. En el minuto 7 el Valencia estuvo a punto de hacer el primer gol. El equipo de naranja recuperó un balón en el medio del campo y Alcácer condujo hacia la portería de Beto y filtró un pase milimétrico a Piatti entre los dos centrales. El extremo argentino se plantó delante de Beto y, con suavidad, puso el esférico lejos del alcance del portero portugués a un poste. El balón rebotó en la madera  y se paseó cerca de la línea de gol yendo a parar al otro poste. Una oportunidad de oro. El Valencia había avisado seriamente de cuál era su actitud ante el partido. Al cuarto de hora Beto despejó un balón y se lesionó. Un aliciente menos para la revancha, Salió en su sustitución el portero suplente Barbosa. El Valencia cada vez estaba más cómodo sobre el terreno de juego. Corriendo mucho sin balón para ejercer la presión y con Parejo cada vez más participativo en la construcción. Cuando el balón llegaba a las inmediaciones del área valencianista aparecía Vezo como una muralla. El equipo de Nuno, poco a poco, iba generando situaciones de peligro: una internada de Piatti por banda izquierda o una de André Gomes por la derecha. El portugués es un bicho: sorprende su calidad y su corpulencia. Los sevillistas cantaban 'campeones, campeones' y se podía interpretar como que el presente les gustaba menos que el pasado. Nuno le estaba ganando claramente la partida táctica a Unai Emery, el equipo hispalense era incapaz de trenzar una jugada. En el minuto 38, la presión adelantada del Valencia estuvo a punto de tener la consecuencia directa del gol cuando Piatti presionó a Barbosa y el portero hispalense se hizo un lío con el balón. Finalmente, la jugada acabó en susto para los sevillistas sin mayores consecuencias. Sin embargo, pese a estar el Valencia dejando mejores sensaciones que su rival y con la afición hispalense empezando a desesperarse, llegó el gol de los locales al filo del descanso. El equipo sevillista salió a la contra y, una buena acción de Bacca en la frontal del área atrayendo a los dos centrales, permitió que su pase interior dejara sólo a Aleix Vidal frente a Diego Alves. El portero brasileño logró rechazar el primer disparo pero no el segundo. El Valencia se ponía por detrás en el marcador y el árbitro señalaba el camino a los vestuarios. No sin que antes Aleix Vidal mereciera una cartulina amarilla por una fea entrada a Otamendi que el árbitro no vio.

La segunda parte empezó con el Valencia más decidido en busca del gol. Las necesidades del marcador obligaban. El equipo dirigido por Nuno jugaba en el campo del Sevilla y sus ataques cada vez eran más afilados. El equipo hispalense acumulaba muchos hombres atrás y no era fácil encontrar huecos.  Nuno decidió cambiar las piezas y entró Feghouli por Paitti. Esto provocó un cambio táctico: André Gomes se escoró a la izquierda, Feghouli pasó a la derecha y Rodrigo se situó más en el centro junto a Alcácer. El delantero de Torrent tuvo una ocasión en el minuto 60 pero se llenó de balón en el remate y su disparo se fue muy por encima del larguero. Aún así, el equipo de naranja le había perdido el hilo al partido con la nueva disposición de los jugadores sobre el terreno de juego. Ahora, el que estaba más cómodo era el Sevilla. Había continuas interrupciones y Bacca, pese a la excelente actuación de Vezo y Otamendi, generaba problemas cada vez que le llegaba el balón. De hecho, el equipo hispalense tuvo una gran ocasión en las botas de Vitolo pero su disparo cruzado se marchó por poco. Nuno quiso cambiar esta nueva tendencia dando entrada a De Paul por Alcácer. De esta manera, se volvía al esquema inicial de 4-3-3, el que le había permitido al Valencia ser superior al Sevilla. No tuvo suerte De Paul en su debut. Nada más ingresar en el campo se fue con calidad y potencia de Aleix Vidal pero, en su intento por zafarse del agarrón del jugador sevillista, soltó el codo impactando en la cara del rival. Una nueva expulsión en el Pizjuán, esta vez, algo más justificada. A diferencia de cuando expulsaron a Jonas hace dos temporadas, esta vez, sí hubo contacto. El partido se ponía muy difícil. Aún así, el Valencia siguió buscando el gol. El equipo de Nuno movía bien el balón con Parejo asumiendo su papel de líder del juego. El de Coslada no estuvo acertado en un disparo de golpe franco al borde del área. Nuno realizó su último cambio a falta de ocho minutos para que se cumpliera el tiempo reglamentario: André Gomes dejó su lugar a Lucas Orban y esto provocó que Gayá adelantara su posición. Parejo, por segunda ocasión, lo volvió a intentar a balón parado y, esta vez, estuvo cerca de hacer gol. El Valencia, con uno menos, parecía más cerca de empatar que de recibir el segundo. Y en el 42, por fin, el equipo de Nuno consiguió igualar la contienda. Un saque de esquina bien ejecutado en corto por Rodrigo y Parejo acabó con el centro del hispano brasileño en el área en las botas de Gayà, el disparo del de Pedreguer, tras ser rechazado, acabó a muerto a medio metro de la portería. Allí apareció Lucas Orban que, con el pecho, logró enviar el balón al fondo de las mallas. Y a punto estuvo de conseguir el segundo el Valencia con un centro de Gayà que logró despejar a duras penas Barbosa ante la presencia de Rodrigo. Pero ya no quedaba tiempo para mucho más.

De esta manera el Valencia logra sumar un meritorio punto en un campo difícil y en unas circunstancias adversas con un jugador menos. Es obvio que hay muchos aspectos que mejorar. En ataque, por ejemplo, faltó fluidez y la posición de Rodrigo en banda no acaba de estar clara. Aún así, las lecturas positivas son aplastantes: este equipo lleno de jóvenes logró competir en un escenario complicado. No se arrugó en ningún momento y consiguió empatar con uno menos. La ilusión sigue intacta porque se vio a un equipo serio y ambicioso sobre el terreno de juego.  

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