Los llorones somos otros
Por eso no aprenden y por eso el bucle se repite: se pasan la vida insultando y menospreciando a todo el mundo, y luego lloran porque todo el mundo se alegra de sus desgracias. Y, a renglón seguido, vuelven a insultarles.
Por regla general, las secuelas son innecesarias. Pocas veces …